Crear clases significativas y efectivas requiere la identificación de los elementos que comprenden una clase bien estructurada y con sentido de propósito.

Secuenciar bien, comprende conocimiento, técnica refinada y a la vez una gran inspiración.

Existen muchos estilos y muchas propuestas de yoga, sin embargo, también existen principios universales que aplican a todos ellos.

La creación de contenido es piedra angular para lograr una práctica que educa a los estudiantes.

El yoga es principalmente un camino educativo. Educamos al cuerpo, educamos a nuestra conciencia y a través de ello, buscamos encauzar nuestra vida hacia hábitos cada vez mas proactivos.

El yoga posee una gran riqueza. Las herramientas que nos ofrece el yoga consisten en: asanas o educación para el movimiento, técnicas de pranayama o educación de la respiración, técnicas de meditación, prácticas de higiene, cantos, y sobre todo un cuerpo filosófico de gran valor universal.

Conocer dichas técnicas es muy importante, y requiere una gran dedicación y estudio. Un buen maestro se convierte en un estudiante de toda la vida. Un buen maestro reconoce que lo que acontece en el espacio de una clase grupal o en el espacio de una clase individual comprende una gran responsabilidad de parte de el maestro que guía la práctica.

Un maestro bien arraigado será aquel que a partir del estudio y de la propia práctica, se adentre en las sutilezas de la poderosa práctica de yoga. A través de conocernos a nosotros mismos, a través de la práctica, encontramos nuestra voz como maestros y acabamos desarrollando una visión propia de yoga, bien cimentada.

Si bien los estilos de yoga tienen el valor de sostenernos dentro de una comunidad, sin embargo, cualquier maestro que tenga mas de dos décadas de enseñanza sabe que cada maestro es único y excepcional.

Las secuencias de yoga pueden ser creadas para muchos propósitos; el mas conocido está dirigido a lograr posturas bien alineadas o conectadas a través de secuencias fluidas, pero también las posturas pueden ser vistas y organizadas como instrumentos de gran valor para crear experiencias de movimiento y para incrementar nuestra conciencia somática.

La manera en que utilicemos la respiración, el movimiento y el ritmo de la clase influirá en el estado de ánimo de los practicantes, por lo que un maestro tiene que aprender a tomar en cuenta muchos aspectos sobre cómo secuenciar con propósito, claridad y autenticidad.

Secuenciar implica varias consideraciones:

  • La creación de contenido.
  • Saber cómo, cuando y si queremos realizar ajustes.
  • Saber que tipo de lenguaje queremos utilizar para dar nuestras instrucciones.
  • Saber que debemos dejar fuera de nuestra secuencia.
  • Comprender principios anatómicos y saber aplicarlos.
  • Saber administrar el tiempo que dura la clase que estemos dando

Los principios que aplicarían a cualquier estilo son:

  1. Establecer un propósito para la clase, es decir saber porque queremos enseñar a nuestros alumnos, eso que estamos eligiendo enseñarles. Ser un educador de movimiento es algo muy serio. Comprende asumir la responsabilidad de saber llevar a la persona, a un mejor lugar de donde se encuentra. Evitar dañarlo; darle la oportunidad para encontrar nuevos caminos de expresión.
  2. Toda secuencia tiene un principio, un proceso central y un final. Piensa en tu clase como si fuera una historia, es decir una narrativa. Toda historia tiene un arco ascendente y descendente.

Comprende la introducción del personaje principal, que en este caso será tu tema de clase. Así mismo se irá presentando la narrativa que finalmente tendrá una resolución.

Un extraordinario ejercicio para los maestros es poner sobre la mesa, los ingredientes que va presentar en su clase. Como ejemplo, si vas a crear una secuencia que va dirigida al logro de ciertas posturas, es importante reflexionar sobre que posturas o movimientos se requieren para llegar a ellas. Asegurarte que las posturas que eliges tienen que ver con tus objetivos, y que vas de menos a más, pero también, es importante tomar en cuenta que se necesitas para neutralizar lo que vas logrando, y cómo crear opciones y alternativas para aquellas personas que necesitan algo un poco diferente.

Si reflexionas sobre tu selección de posturas, es probable que descubras qué te falta, pero es igual de importante saber, qué te sobra.

La práctica debe ser progresiva y bien secuenciada. Lo que vas eligiendo debe estar relacionado. Te debe permitir profundizar lenta y adecuadamente hacia tu objetivo final.

La comprensión de los planos anatómicos es muy importante, así como comprender las zonas corporales y los músculos involucrados en las acciones.

Una buena práctica conlleva saber llevar al practicante hacia una óptima integración de la respiración con el movimiento. Parecería que en ciertas clases faltara un eslabón en cuanto al refinamiento de las posturas. Cuando un maestro piensa que es demasiado importante la coreografía de una secuencia, tiende a perder múltiples detalles que en realidad resultan mucho mas trascendentales.

Un maestro que continúa evolucionando en su enseñanza, aprenderá a distinguir entre secuenciar y crear coreografías. Las coreografías generalmente pierden propósito e intención final.

No existe nada mas fascinante que observar a un practicante cuya práctica es inteligente, y que nos revela lo que representa la inteligencia somática en acción.

Lo que nos revela ese tipo de práctica es que:

  • Menos es mas
  • Que aprender a editar es la tarea mas importante
  • Que simplificar es amplificar
  • Que el refinamiento es el sentido primordial de practicar uno mismo
  • Que todo gran artista es aquel que no incluye nada innecesario en su arte

Cuando asistimos a una práctica desorganizada, el cuerpo, la mente y el sistema nervioso se confunden.

Otro aspecto a resaltar es recordar que Savasana es una postura trascendental. Siempre deja espacio para Savasana.

Para muchos maestros es difícil confiar en la importancia del silencio, la quietud, la relajación y el espacio.

Algo que ha sido maravilloso para mi como maestra es preguntarme constantemente porqué hago lo que estoy haciendo y cuáles son mis objetivos.

Eso me lleva a solo escoger dos o tres ideas fundamentales sobre las que hablar en un contexto de clase. Eso significa que en otra clase puedo escoger otras dos o tres ideas sobre un mismo tema, y la clase va tener un sentido muy diferente.

Si tienes este enfoque, eso te permitirá ser mas cuidados@ con tus estudiantes. Sabrás que sugerirles para adaptar a quienes lo necesiten e incluso podrás guiar a algunos estudiantes a incrementar el reto en su práctica, de una manera adecuada.

No existe una frase mas inadecuada que aquella que se escucha a veces, de algunos maestros, es decir: “Solo haz aquello que sientas adecuado para ti”

Parte de nuestra habilidad de enseñar, consiste en abrir un espacio para la condición humana y lograr que nuestros alumnos aprendan a lidiar con cierto grado de incomodidad, que no comprende lesionarse.

Y, finalmente, libérate de la idea de que tu propósito como maestro, es hacer a todos felices.