Las posturas son realizadas con una cierta actitud mental en donde mente y cuerpo son uno, no dos, y en donde el cuerpo y las posturas no son algo impuesto al espacio que nos rodea, sino en donde el cuerpo y las asanas son eventos que fluyen, sucesos dinámicos en espacio/tiempo, expresiones de una mente fluida que no tiene una posición fija que tiene que ser defendida a toda costa. Una mente que no tiene un muro alrededor sino que tiene una curiosidad ilimitada para explorar el Universo en su totalidad, así como el universo personal que cada uno trae consigo.»

Donna Holloman

El primer sutra de Patanjali dice: atha yoganushasanam. “He aquí la enseñanza del yoga que ejerce autoridad.”

Atha, aquí y ahora, absoluta presencia. Este primer término se refiere a Dios, representado por la letra A, significando que Dios gradualmente se ira manifestando más; aquí implica una actitud de presencia y respeto hacia el yoga. Damos espacio a lo que es, a lo que somos, a lo que los demás son.

Richard Freeman habla del yoga como una matriz porque hay una energía que tiene que ser pasiva para que se geste la trasformación. Esperas que el yoga te transforme en consecuencia de tu acción consistente (ahbyasa)y de tu espera con desapego (vairagya). No eres tú quien decide cuanto va a durar el proceso, es atemporal.

El trabajo del yoga es ver tus juegos y no justificarte. Es enfrentarte contigo mismo y verte cara a cara. Avocarte a este conocimiento, pues el yoga es el arte de la honestidad, de la humildad, de la libertad. Te permite expresarte en plenitud, sin preocupaciones, ni deseos.

El yoga debe empezar ahora, en el presente, Atha, en este momento que puedo observar, contemplar para ver las cosas con otros ojos.

Lo más importante en las posturas es el territorio de observación que te ofrece y está experiencia, está agudeza la llevas a otras situaciones en la vida. El esfuerzo de atención lo tienes que ir construyendo.

Olvidamos que nuestras experiencias de vida son corporales: cortamos la respiración por las experiencias emocionales o traumáticas, creando un sello en la energía que se marca en el cuerpo físico. El cuerpo está en constante transformación y tú puedes cambiar la dirección de esta transformación desde la realidad interna para liberar corporalmente, alineando desde la sutileza de la respiración. Cada dirección que modificas, estas modificando tu historia personal que es sagrada. Estas acomodando la vida. Se hace todo un ajuste energético que abre y rompe estructuras y bloqueos.

Observa como regresas una y otra vez a tus patrones, a esa estructura conocida, familiar. Prueba como si cambias de postura alteras la expresión emocional; mucho de lo que vives tiene que ver con el movimiento de tu cuerpo, de tu postura. Puede ser magna o sutil pero está conectada a la emoción.

El trabajo del yoga es romper ese patrón en el que esta atrapada una persona. No permitas que tu realidad se solidifique, deja que tus hábitos cambien a tus hábitos.

Mientras hacemos las diferentes asanas observamos que hacemos y como lo hacemos. Somos tanto el observador como lo que observa. Si no ponemos atención a nosotros mismos en nuestra práctica, entonces no lo podemos llamar yoga.

OBSERVACIÓN

  • Ir de lo más obvio a lo más sutil.
  • ¿Qué partes tienen más fuerza, más madurez, más desarrollo? ¿cúales son la partes de tu cuerpo que trabajan mucho? ¿cuáles trabajan poco? ¿qué dirección usas? Ir integrando el lado más débil.
  • Detectar la relación del cuerpo con la fuerza de gravedad. Recordar que estas en un empuje mutuo para generar una mejor estructura.
  • Detectar la relación del cuerpo con la posición anatómica (manos giradas hacia adelante).
  • ¿Dónde hay sensación de mayor contracción que hace que tengas menos sensibilidad y más estrés?
  • ¿Dónde se carga más la tensión en tu cuerpo? ¿hacia delante o hacia atrás?
  • ¿Utilizas al moverte el espacio exterior? ¿eres conciente de su energía? ¿fluyes o luchas con ella?
  • ¿Cómo te mueves? Observa el ritmo, el poder, la flexibilidad, el balance, el equilibrio, la simetría. Avócate a jugar con el movimiento: músculos, articulaciones y las partes de un todo. Desarrolla la habilidad de moverte y de ahí expresar esta habilidad. La mente se preocupa por la forma pero primero importa la función.
  • ¿Qué tan en armonía te sientes contigo mismo mientras te mueves?
  • Observa la respiración, es el punto número uno. La respiración esculpe tu cuerpo. ¿Qué marca más tu cuerpo, la inhalación o la exhalación? E ir balanceando.

Recuerda, el yoga es observación sin juicios. Es escucha, es algo que experimentas muy profundamente dentro de tu ser.

Ve reubicando el cuerpo desde una experiencia de reactivación interna, con la respiración para acceder a activar los músculos desde adentro. Corregir tiene que ser acompañado de la respiración accediendo a los músculos que dan soporte a cada vértebra, a cada hueso.

Seguir la respiración concientemente es una forma de meditación en la cual tratamos de volvernos completamente uno con el movimiento. La cualidad de la respiración es, por lo tanto, la indicación más clara de la cualidad de nuestra práctica de asanas.

El balance del movimiento está basado en un entendimiento conjunto de estructura y funcionamiento muscular apoyado por los principios de ingeniería. La estabilidad en las articulaciones requiere de un balance de las fuerzas activas y pasivas que actúan en la articulación. Es el balance, no la fuerza, lo que permite al cuerpo funcionar segura y libremente.

La reeducación muscular requiere que los movimientos sean realizados lentamente con completamente atención y fuerza mínima, alargando y jugando con la tensión muscular, ya que hay un segmento que está más ansioso de moverse que otro. Al reeducar a los músculos a trabajar como un equipo fortaleces el músculo dormido y lo fortaleces mientras suavizas el músculo activo para flexibilizar y encontrar el gozo y el espacio (sukham) en el movimiento y en las posturas.