El tracto digestivo consiste en un largo conducto que va desde la boca hasta el ano. Está comprendido por diferentes capas de músculo, Está apoyado por diversas glándulas, y su función consiste en ingerir, digerir, absorver nutrientes y eliminar desperdicio. El trabajo del sistema digestivo es magno, y entra en función, cada vez que comemos, pero a la vez, se ve afectado por la manera en que procesamos las experiencias cotidianas de vivir.

Finalmente, cada una de las experiencias, así como la información que recibimos a través de tantos canales de comunicación que hoy en día existen, comprenden un proceso de ingesta, asimilación, selección y eliminación. Ese proceso se ve fuertemente afectado, cuando nos sentimos en estado de saturación, lo cual es muy común.

Varios órganos participan en la función digestiva: la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, el ano, la vesícula biliar, el hígado y el páncreas. Estos últimos tres están localizados fuera del tubo digestivo. Pero aún así juegan un rol muy importante en la digestión. Cuando estos órganos tienen algún problema, afectan el proceso digestivo.

Mas personas son hospitalizadas por problemas del sistema digestivo, que por ninguna otra causa y se considera que en Estados Unidos, en la actualidad, más de 100 millones de personas padecen problemas digestivos.

La salud del sistema digestivo impacta la salud del resto del cuerpo. Cuando la digestión no es óptima, ya sea por un desorden digestivo no reconocido, por una dieta inadecuada, o por la influencia de medicamentos que impactan a la digestión, el resto del cuerpo se ve privado de nutrientes vitales o padece de problemas causados por intoxicación.

Es por medio de la digestión que se produce la energía de sostén de nuestro organismo. La comida es transformada en pedazos pequeños a través de la masticación, y, químicamente, a través de acciones enzimáticas, en partículas pequeñas, capaces de cruzar las membranas celulares para acceder al torrente sanguíneo.

La peristalsis es una de las actividades mas importantes del organismo. Comprende una serie de contracciones musculares responsables del procesamiento de la comida, de la separación y absorción de nutrientes, hasta la eliminación de aquello que no es digerible para el organismo, lo cual incluye fibra, mucosa, algunas toxinas y celulas que se encuentran ya desgastadas.

Los músculos del tracto digestivo funcionan en armonía con el sistema hormonal y el sistema nervioso para controlar la motilidad (movimiento espontáneo) a través del sistema digestivo.

La mayoría de los problemas del tracto digestivo son funcionales, mas que estructurales, e involucran fallas en la motilidad, absorción y secreción.

Sin restar importancia a todos los factores que nuestro sistema digestivo requiere a nivel de alimentación y cuidados, se ha visto que el estado de extremo estrés influye significativamente en la capacidad de digerir, ya que el sistema nervioso requiere entrar en su función parasimpática para realizar la digestión adecuadamente, y si el organismo percibe peligro, opta por no enviar la sangre al estómago, sino a todas las áreas del cuerpo que se requieren para la defensa.

Trillones de bacterias, hongos, parásitos y otros microbios, viven en el tracto digestivo, especialmente en le colon. En una persona saludable, la función de estos, será neutralizadora e incluso benéfica, mientras solo una minoría será patógena.

Se estima que hay una variedad de aproximadamente 5000 especies. Cuando se pierde el equilibrio, y se crea un estado de disbiosis, es indispensable restaurar una condición adecuada lo antes posible.

Las bacterias beneficas sirven a muchas funciones vitales, entre ellas, la producción de vitamina B y vitamina K.

Las glándulas del tracto digestivo contribuyen a la producción de ácidos grasos, proteina que se convierte en aminoacidos y carbohidratos que se convierten en azúcares simples. A su vez, estas glándulas producen también las hormonas que ayudan a la digestión. Estas secreciones empiezan en la boca, donde se encuentra la enzima conocida como amylase, que empieza el proceso digestivo de los carbohidratos.

La salivación previa a la ingestión de alimentos, es el primer paso digestivo, de ahí la importancia de masticar muy bien.

Las glándulas que se encuentran en la cubierta interna del estómago, producen ácido hidroclórico y la enzima pepsina. Ambas son esenciales en el proceso de digestión. La pepsina es la que procesa la proteína. El HCI es responsable de controlar a los microorganismos. Las secreciones del páncreas y del hígado actúan sobre lo que comemos una vez que entran al duodeno.

Si sufres de problemas digestivos es muy importante que indagues las causas profundas, tanto emocionales, como psicológicas o espirituales.

Uno de los grandes estudiosos del sistema digestivo fue Bernard Jensen, y su gran mérito fue relacionar lo físico y lo emocional como causantes de los problemas digestivos. A su vez los problemas digestivos son detonadores de diversas enfermedades, debido a la interelación tan profunda entre sistema digestivo y sistema inmune.

El comportamiento del sistema nervioso del sistema del sistema digestivo, no opera en base a señales o ausencia de señales, no se comporta en rangos de negro y blanco, acepta tonalidades de gris. Esa es una de las razones por la que es suceptible a las diversas emociones.