Aquello que nos es difícil en la vida, roba una buena porción de nuestra energía, especialmente la energía que se requiere para relacionarnos con los demás.

Todos, en el fondo, anhelamos tener una mayor intimidad con la vida y con los demás, pero no sabemos como lograrlo.

Entre los practicantes de yoga, es común escuchar hablar sobre el estado de iluminación, como un anhelo al que aspiramos llegar algún día.

Tendemos a hablar de los beneficios del yoga, pero no siempre acabamos de integrar lo hablado con los hechos reales de nuestra vida.

La iluminación nos parece inalcanzable, tanto, que con frecuencia perdemos la oportunidad para “despertar a la vida”, e idealizamos nuestra conducta.

Ser místico no es una utopía, es una práctica cotidiana, y radica en ver en cada circunstancia una oportunidad para aprender y con ello lograr “el despertar de nuestra conciencia”. Reconocer que todo lo que nos sucede, es una oportunidad, en la que podemos encontrar nuestra sombra, pero un regalo de conciencia, al mismo tiempo.

Interésate en “despertar”

Ello te permitirá no desperdiciar ninguna oportunidad para lograrlo. El “aquí y el ahora” se encuentra en este preciso momento, no tenemos que esperar.

Despertar requiere estar dispuesto a tener mayor intimidad con la vida, a sentir su textura a cada instante. No existe nada mas sagrado que la auténtica intimidad; me refiero a esa intimidad contemplativa que te permite estar viviendo plenamente lo que te acontece, y a la vez, ser testigo de tus reacciones, de tus respuestas, de las decisiones que estas tomando en este mismo momento.

La salud mental consiste en sentir, en la propia piel, la coherencia entre lo que percibes y tu respuesta ante ello.

Preguntarnos sobre nuestra propia coherencia constantemente, es la verdadera tarea mística y pragmática, a un mismo tiempo. Tener la voluntad de plantear la pregunta, una y otra vez. ¿Esto que hago es coherente con lo que predico?

El resultado de esta pregunta será concientizarte de la aparición de todos los signos que revelan tu sombra.

Lo universal está presente en lo mundano, y lo mundano siempre nos ofrece una luz para acceder a lo universal; solo abre tu conciencia, como una ventana por donde entra la luz, para poder verlo.

Namaste